Por Arturo Peña
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Vista de un sector de la Avenida Eusebio Ayala |
Dani
González es fotógrafo, pero además es un ¨caminante¨ de Asunción. Fue justamente
esa experiencia la que buscó plasmar en su serie “Veredas ocupadas”, expuesta
recientemente y que nos da pie para una reflexión sobre la movilidad en la capital,
donde los vehículos y la sinrazón se han impuesto por sobre los derechos de los
peatones.
“Caminar
por las veredas de Asunción es sortear obstáculos constantemente, y el peatón realiza
esto ya sin indignarse, sin inmutarse. Las veredas ocupadas son parte del
paisaje cotidiano. Nos hemos acostumbrado a verlas así, ya como algo normal”, comenta
el fotógrafo (y peatón).
Todavía en
los barrios tradicionales asuncenos como San Pablo, Trinidad o Villa Aurelia,
las veredas siguen conservando en cierta medida ese valor no solo de espacio
para transeúntes, sino también de vínculo entre los vecinos. Pero mientras más
nos adentramos al centro asunceno, esas ¨virtudes¨ se van perdiendo, para hacer
de una caminata hasta un riesgo a la propia vida.
Cada tercer
domingo de noviembre se recuerda el Día Mundial de Conmemoración de las
Víctimas del Tránsito, creado en 1993 con el fin de alertar sobre el notable
aumento de muertes en accidentes. Desde entonces, sin embargo, las cifras no
paran de subir.
Según
estadísticas del 2012 de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ¨los
peatones son los más afectados por los traumatismos ocasionados por el tránsito,
que en América causan cerca de 140.000 muertes por año y dejan unos 5 millones
de lesionados¨. Los datos también muestran que los accidentes de tránsito son
la primera causa de mortalidad en América entre personas de 5 a 14 años, y la
segunda entre personas de 15 a 44 años. El 39% de los que fallecen por
traumatismos causados por el tránsito son peatones, ciclistas o motociclistas,
en tanto el 47% son ocupantes de vehículos.
Este este
mapa, Paraguay ocupa un puesto de relevancia.
Paraguay, un riesgo
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Microcentro asunceno. Son comunes las casetas de vigilancia de empresas de seguridad privadas. |
Según un
informe de este año, publicado por The Pulitzer Center on Crisis Reporting,
sobre cuáles son los países más peligros para conducir, Paraguay se presenta
con 21.4 muertes cada 100.000 personas. El 30% de los accidentes es
protagonizado por autos, el 41.4% por motos y un 27.9% por peatones, según esta
fuente (uno de los niveles más bajos lo tiene Islandia, con 2,7 muertes cada
100.000 personas).
El
Ministerio de Salud Pública de Paraguay (MSP) señala que el promedio de muertes
por año en accidentes de tránsito en el país es de 1.200 personas. Los
registros señalan que el 41% de las muertes corresponde a motociclistas, el 20%
a personas con otros tipos de vehículos y el 28% de los casos fatales son
peatones.
Cifras del
Centro de Emergencias Médicas (CEM), uno de los principales hospitales de
Asunción y del país, señalan que entre el año 2002 y 2012, los casos de
accidentados en tránsito pasaron de 2.000 por año a 10.000, es decir, la cantidad
se quintuplicó en una década. El MSP agrega que el 40% de los accidentes
relacionados con el tránsito se centra en Asunción, y en los departamentos de
Central (donde se ubica Asunción) y Alto Paraná (donde se ubica Ciudad del
Este, segunda ciudad en importancia del país).
En esa
ecuación de crisis y muerte, que involucra a vehículos, peatones y otros
factores (como el alcohol, la falta de protección y la falta de control), las
veredas también tienen su lugar.
En el
capítulo 1, artículo 5º del Reglamento General de Tránsito de la Municipalidad
de Asunción, se define a la Vereda o Acera como: ¨ Franja comprendida entre la
calzada y la línea de construcción de los inmuebles, destinada al uso exclusivo
de peatones¨.
Sin embargo,
este espacio natural de uso del peatón ha perdido su valor, ha dejado de ser
relevante para la seguridad y la protección de la vida de las personas. Por
ello, es difícil ver a la ciudad como un espacio de tránsito pedestre fluido,
por lo menos en áreas críticas y de gran circulación, como gran parte de las
calles del microcentro capitalino.
Veredas comerciales
“Pensar en
un paseo a pie por Asunción es en algunos casos un absurdo”, sentencia Dani
González.
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La crisis social también se plasma en las veredas de Asunción. |
En el
centro asunceno, que concentra la mayor cantidad de peatones del departamento
Central, se han tomado en la última década algunas medidas para tratar de
rescatar el valor tanto funcional como paisajístico de las veredas, con
resultados medianamente exitosos. Por ejemplo, se ensancharon las aceras de dos
de las principales calles del microcentro, Palma y Estrella, cubriendo un tramo
de más de 20 cuadras de intervención entre ambas. Esto ha dado mayor fluidez a
la circulación, ha mejorado la calidad del espacio, aunque también, por falta
de una intervención formal de la Municipalidad, ha incentivado la presencia de
vendedores ambulantes y puestos informales que dificultan el paso en varios
puntos. La nueva costanera asuncena
también ha dado un valor importante al peatón, con senderos amplios, bancos
para descanso, entre otros, constituyéndose en un espacio de esparcimiento
importante para la ciudad.
Sin
embargo, problemas como autos estacionados sobre las veredas, playas de venta
de autos que utilizan estos espacios como lugares de exposición, improvisados puestos
de venta de mercaderías diversas, casillas, material de construcción frente a
las casas, entre otros, se ven de forma constante en cualquier arteria del
centro, llegando a niveles críticos como la zona del Mercado 4, donde
prácticamente las aceras se han reducido a pequeños senderos por el abarrotamiento
de mercaderías. Esta situación obliga a las personas a transitar por la calle
para moverse más rápidamente. El problema se proyecta por casi toda la avenida Eusebio Ayala (el Mercado 4 es el
punto de inicio de esta importante vía de salida de Asunción y eje de gran
actividad comercial a lo largo de su extensión). En esta zona los comercios utilizan
las veredas como extensiones de sus locales, colocando al paso del transeúnte
todo tipo de mercadería a la venta.
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Los comercios hacen de las veredas su lugar de exposición. |
El artículo
59º de la ordenanza municipal asuncena es prácticamente letra muerta: ¨Las
aceras quedarán, en general, reservadas para uso de los peatones, de animales
domésticos, cuando estos cumplan las reglamentaciones vigentes, así como para
la circulación de los medios de locomoción con capacidades diferentes, coches
de niños, rodados propulsados por menores de 10 (diez) años y demás vehículos que
no ocupen más espacio que el necesario para los peatones ni superen la
velocidad del paso del hombre.
Los
vehículos podrán cruzar la acera para entrar o salir de inmuebles, con la
máxima precaución posible siempre que la misma y su cordón estén dispuestos
para ese efecto. Estos vehículos no podrán estacionar sobre la acera¨.
A conciencia
Pensar en
la solución a este problema de movilidad en la ciudad representa un enorme
desafío. A la par de sanciones más efectivas o tratamiento concreto de algunos
casos más urgentes, es imprescindible el desarrollo de una campaña vial de alto
impacto, que haga hincapié no solo en las obligaciones de los conductores de
vehículos, sino también en las de los peatones y los propietarios de inmuebles.
El nivel de accidentes y de mortalidad en las calles asuncenas lo amerita.
Con el compromiso
de autoridades y ciudadanía, podemos lograr una ciudad más ¨caminable¨.
Asunción es una hermosa urbe, de mucho color, de mucha calidez. Pero es difícil
disfrutarla cuando uno tiene que estar pensando en todos los riesgos que
implica transitarla.
Crear
conciencia debe ser una labor de todos. Desde la comunicación se puede hacer un
importante aporte, y hasta desde el arte, como lo plantea el fotógrafo Dani
González con su muestra de fotos.
Obs: Fotos de la serie ¨Veredas ocupadas¨, del fotógrafo Dani González, cedidas cordialmente para este material. Queda prohibida su reproducción para otros fines.