martes, 17 de marzo de 2009

DOCUMENTAL SOBERANIA VIOLADA EN EL E'A



Entrá al link y de paso visitá la página de E'a, periodico alternativo.
http://ea.com.py/soberania-violada/

sábado, 14 de marzo de 2009

El Rojo





Erik Thorvaldsson, conocido en las historias marinas como “Erik El Rojo” (c. 950 - c. 1003), por el color de su pelo, fue un famoso pirata y comerciante danés, de un temperamento bastante fuerte, como uno se imagina -o como nos los pintan las historias- habrán sido los piratas vikingos del norte de Europa de aquella época. Pero El Rojo parece que era malo, en realidad. Cuentan que hacia el año 950, Erik tuvo que huir de Noruega por haber matado a alguien en una pelea. Fue trasladado a Islandia, donde, en otro incidente, hacia el 981, fue expulsado nuevamente por matar a otros dos hombres (ya uno se imagina el carácter, no?).
Exiliado, y quizás sin mucha otra cosa que hacer, El Rojo se lanzó a la aventura: buscar unas tierras mencionadas por un explorador antiguo, las que estarían hacia el oeste de Noruega, por ahí (Imaginate, Colón vino buscando las Indias. Así que los exploradores de antes no eran muy fiables que digamos). Pero fue así que este vikingo argel, tras una travesía fantástica, rescatada luego en historias populares, alcanzó una enorme isla que bautizó, en danés: Grønland, que significa tierra verde.
El nombre de Groenlandia nacía así con la intención de dar una falsa imagen de fertilidad para atraer a futuros colonos, de una tierra que, si bien tenía mejores condiciones climáticas en aquella época, no dejaba de ser un territorio hostil y frío.
Tras tres años de recorrer estas costas y tras cumplida su condena, El Rojo volvió a Islandia con las historias de aquella “tierra verde” descubierta. Logró venderle la historia de Groenlandia a un grupo de familias aventureras y en 985 salieron con ese rumbo 25 barcos, de los cuales solo 14 llegaron a destino. El asentamiento llegó a los 3.000 habitantes, pero unos inmigrantes llegados en 1002 trajeron también una epidemia que diezmó la población, víctima de la cual murió Erik en el invierno del 1003. La población se recuperó poco después hasta que la Pequeña Edad de Hielo acabó finalmente con ellos en el siglo XV.
Estos primeros colonos se convirtieron en los primeros exploradores de esa difícil región del mundo. Debido a lo crudo y particular del clima y del paso de las estaciones en esa inhóspita tierra, los habitantes del Groenlandia medían las distancias en “sinik”, o sea, en "sueños". Es decir, los sinik representaban el número de pernoctas que duraba un viaje de un punto a otro. Esta medida de tiempo aún es utilizada por los habitantes de esos territorios gélidos.
Cuentan también que EL Rojo tuvo cuatro hijos –rojos también, seguramente-, entre los cuales estaba Leif Eriksson, quizás el primer europeo en colonizar América, cinco siglos antes que Colón. Probablemente, Leif, en su paso por América se guió por los sinik para medir la cantidad de trayecto avanzado. Quizás de aquella época, también, que andamos midiendo en sueños nuestros tiempos en esta difícil América, como herencia de aquellos aventureros. Y es de ahí quizás la moraleja de la historia del Eric y su descendencia: que sigamos soñando, que sigamos avanzando.

JAJAES


Hace tiempo que ando conflictuado porque no encuentro un emot-icon que refleje realmente mi risa en el messenger.

Encontré algunos en las charlas con los amigos y los sumé a mi carpeta de iconos gestuales, junto al trozo de pizza, la sombrilla, el plot plot bailante y smile heavy.
Pero en realidad esos iconos no reflejan mi alegría y a veces mienten mi hastío. Como se ríe uno a carcajadas, como le hacés a alguien una risa irónica.

Encontré unos ja ja ja en grandes letras rosadas que terminaron por perturbarme cada vez que los utilizaba. Imaginate, perturbarte de tu propia risa… Luego encontre otros ja jaes más discretos, con unos fonditos brillantes, que de ultima adopté como los usuales, ya que no eran tan estridentes como los jajaes rosados de letras gigantes.

En realidad no río demasiado últimamente por el Messenger. Se me encimaron cosas, cosas de la vida y ando un poco más en eso que en otra cosa. Pero a veces me engancho con algún amigo o amiga y terminamos en unos disparates que dan si para reír a carcajadas. Pero cómo hago.. con los jajaes discretos no me alcanza.. y los jajaes rosados me perturban.
¿Le escribo a mi interlocutor: Me estoy cagando de risa en este momento..? ¿Golpeo con fuerza las teclas?..

Vi otros emot-icons más absurdos aun. Un Condorito revolcándose de risa, tres circulitos riendo y sacudiendo los brazos, un cavernícola con un solo diente, un coreano realmente irritante.. Pero ninguno de ellos refleja realmente lo que quiero expresar cuando me río.

Por otra parte, ¿cuándo sé que lo que digo es realmente simpático para la otra la persona? ¿Cómo sé que le agradó hasta la risa, hasta la carcajada? Tipear jajaes es más que sencillo. En ocasiones te envían una enorme risa que irradia colores que aparecen y desaparecen, y ni siquiera siguen la conversación. ¿Y..? ¿No era que te estabas cagando de risa?

¿Será que cuando inventaron la risa no se les paso por la cabeza que algún día íbamos a tener que trasmitirla de alguna forma? ¿Como empezamos a trasmitir las señales de alerta o de guerra a través de tambores? Para qué inventar la carcajada, si no la ibamos a poder enviar por el messenger. ¿Acaso que nadie imaginó el algún momento que ya no habría conversaciones frente..?

Disculpen el humor, pero este asunto de la risa, es más que serio.

Recuerdo vivo del consagrado dúo folclórico Peña-González

Paulino González evoca cincuenta años de música

Publicado en Diario La Nación
La muerte de Adolfo Peña, el 1 enero de 1998, interrumpió un largo camino artístico.
El bar Ideal funcionaba en los años 50 en la esquina del Teatro Municipal. Allí ofrecía todos los días espectáculos de música folclórica desde la mañana, teniendo en el escenario a conjuntos como Los Indios, el dúo Riveros-Echagüe o el dúo Barrios-Espínola, entre otros.

Entre esas estrellas hacían también sus primeras armas dos jóvenes talentosos que se presentaban bajo el nombre del dúo Peña-González, integrado por Adolfo Peña y Paulino González.

“Eso era allá por el 52”, recuerda Paulino González, quien en noviembre pasado cumplió 80 años de vida, pero que sigue transitando el camino de la música, hoy ya sin su dúo. Con el dúo Peña-González, Paulino escribió una historia de cinco décadas de música, entrando a la galería de los conjuntos más renombrados de nuestra música. Una historia que se vio repentinamente finalizada con el fallecimiento de Adolfo Peña, el primero de enero de 1998, en el mes que recordaban su 50 aniversario con el arte.

Las primeras anécdotas de Peña-González se remontan a un almacén del entonces barrio Piñoty kora (zona de Azara y Curupayty). “Allí de jovencitos nos juntábamos a tocar y en ese lugar, allá por el 47, se puede decir que comenzó el dúo. Por eso digo que llegamos a los 50 años en la música y fuimos uno de los dúos más antiguos”.

El destino también jugó su parte en esta historia. “Resulta que había un cantante, Silverio Rojas, que cantaba muy bien y yo quería formar el dúo con él. Pero vino un músico de apellido Ovelar y un día me dijo: “Rejavy ningo nde Paulino, Peña la nde duora (Te equivocás Paulino, Peña es quien tiene que ser tu dúo). Y creo que Ovelar no se equivocó”, dice.

Uno de sus primeros escenarios del conjunto fue el bar La Campana, que funcionaba en Teniente Fariña y Estados Unidos. “Era en el 50 más o menos. En esa época Peña estaba en el cuartel y yo iba y pedía permiso por él para salir para ir a actuar”, rememora Paulino, y trae una anécdota: “Un día nos invitaron a un festival en el barrio San Antonio y como Adolfo tenía solamente su uniforme verdeolivo del cuartel (así actuaba en La Campana), mi hermano Nemesio le prestó un pantalón para la actuación, hecho de una bolsa grande de azúcar; eso se teñía y se hacía ropa. Allí en el festival nos encontramos con Carlos Centurión, que también iba a actuar. Él le vio a Adolfo con el pantalón de bolsa de azúcar y le dijo: “Chamigo ivaiterei la nde kaso, te voy a prestar el mío (Amigo, es muy feo tu pantalón…). Pero como Centurión era mucho más bajo que Peña, al final el pantalón le quedó por su canilla, pero igual salió así al escenario. Qué se va a hacer, éramos pobres…”.

En el 51 comenzaron a actuar en las audiciones de radio Guaraní. El animador del programa, Celestino Álvarez, les presentaba como el “ya consagrado dúo Peña-González…porque éramos ya un poquito conocidos y veníamos de actuar en Buenos Aires. De ahí quedó como Consagrado dúo Peña González”, cuenta Paulino.

Tras esos primeros años, comenzó un camino de innumerables actuaciones en escenarios de Asunción, del interior del país y de países de la región, como Argentina, Brasil, Bolivia y Uruguay, llevando la música paraguaya como una forma de vida.

La Curva

Hoy día abandonado, el local ubicado en la esquina de la avenida Fernando de la Mora y Rodríguez de Francia, atrás del Mercado 4, fue hasta hace unos atrás, uno de los últimos bastiones del folclore paraguayo. En esa esquina funcionó desde 1971 el bar parrillada La Curva. “La Curva fue como nuestra segundo hogar -cuenta Paulino-. Allí tocamos durante 28 años junto con grandes amigos artistas, como Quintana-Escalante y otros. Recorrimos muchas parrilladas, como el bar Amambay, la Churrasquería Sajonia, el Jardín de la Cerveza, El Palenque, el Ñanduti… pero La Curva fue realmente nuestra casa. Muchas noches, mucha bohemia también”.

Peña-González grabó pocos materiales discográficos teniendo en cuenta su extensa carrera. Fue así que su renombre se lo fue ganando en los escenarios de las recordadas parrilladas asuncenas y en los festivales folclóricos en todo el país. “Yo me siento satisfecho realmente, porque aunque no tengo muchas cosas, muchos bienes, puedo decir que tengo muchos amigos, y eso es lo interesante, porque hasta ahora ellos me invitan a reuniones familiares, yo voy y canto y la mayoría me da alguna propina buena y con eso me ayuda”.

Apenas termina la entrevista, Paulino toma su guitarra y entona una guarania. Y la fuerza y la pasión que hay en su voz, nos aseguran que éste recuerdo vivo del Consagrado dúo Peña-González seguirá latiendo aún, exaltando la memoria del recordado conjunto paraguayo.

Con Perurima

Paulino guarda en un lugar muy especial de sus recuerdos el hecho de que Peña-González fue el primer grupo en tocar con Mauricio Cardozo Ocampo, cuando éste regresó de Buenos Aires para formar la recordada orquesta Perurima. “El fue a invitarnos para integrar su conjunto. Don Mauricio con su flauta, Virgilio Centurión con violín, un bajo y el arpa a Wenceslao Gómez, así empezamos. Los domingos hacíamos audición en Radio Nacional”.

Luego de varias actuaciones y ricas experiencias vividas, el dúo fue reemplazado por el cantante Magno Soler. “Pasa que Peña no apareció en un par de audiciones, don Mauricio se enojó un poco y se quedó nomás con Soler. Me molestó un poquito sí con los años que los artistas que integraron después Perurima no hayan destacado que nosotros habíamos comenzado acá con don Mauricio. Pero bueno, esas cosas también son ya anécdotas”, agrega.