sábado, 17 de julio de 2010

El software libre lleva una década revolucionando el campo informático




A una década de su aparición, el software libre se ha instalado a nivel mundial. Para el Lic. Luis Benítez, es una de las mejores opciones.

Software es un conjunto de programas, procedimientos y documentos relacionados con el sistema hardware; es la herramienta para obtener el resultado esperado de un procesamiento de datos. El software libre es el que respeta la libertad del usuario del producto adquirido para ser usado, copiado, estudiado, cambiado y redistribuido libremente, a través del acceso al código fuente. Esto, al contrario de lo que plantea el software propietario, el cual su uso, redistribución o modificación están prohibidos o restringidos. O sea, el alcance lo establece el autor o quien posea los derechos del mismo.

La tendencia hacia la utilización del software libre llegó a nuestro país desde principios de los 90. Concretamente, en Planet Internet se tuvo la primera instalación en producción cuando salió al mercado en 1996, casi toda su instalación utilizaba GNU/Linux, modelo que fue copiado luego por otros proveedores y luego por muchas empresas en el país, incluyendo instituciones del Estado, según comenta el Lic. Luis Benítez, profesional paraguayo, Analista de Sistemas y docente de universitario. El software libre hoy “ha logrado permear una amplia gama de computadores. Es un gran participante en diversos servicios en internet donde en algunos casos tiene el 70-80% de las instalaciones de computadoras en todo el mundo”, comenta Benítez.

Una filosofía

En cuanto a una definición del mismo, el docente sostiene que “el software libre es una filosofía antes que un modelo, es una filosofía que plantea una actitud del hombre hacia las tecnologías, aunque también en base a esta filosofía se han desarrollado diversos modelos de desarrollo de software, diversas metodologías que imprimen algunas características de esta filosofía en la vida diaria, tanto para el técnico, así como para el usuario común y corriente. Hoy el movimiento en general es un gran interlocutor para temas tecnológicos ante diversos Estados, así como en organismos multilaterales como las Naciones Unidas”, afirma Benítez.

El Estado paraguayo ha optado por la utilización del software libre para la aplicación del programa de gobierno digital. Sobre la ventaja de esta decisión, Benítez afirma que “desde el punto de vista técnico, la ventaja principal radica en el hecho de que cualquier software elegido para su utilización puede ser adecuado a las necesidades de una institución dada, de modo que uno tiene la capacidad soberana de decidir cómo solucionar sus problemas desde el punto de vista informático”.

Para la población, según el profesional, será una garantía. “Por ejemplo, con las urnas electrónicas que se estuvo utilizando en el TSJE, la población no sabe real y efectivamente cómo se procesan los votos, ya que utilizan software propietario o privativo. De utilizarse software libre en las urnas, los técnicos paraguayos podrán ver efectivamente qué esta pasando”, explica.

http://www.lanacion.com.py/noticias-311217.htm

Ecocultura TV difunde material nacional por canal en internet



A través de la web www.ecocultura.tv se emiten materiales audiovisuales nacionales por la red para todo el mundo.


La Fundación Ecocultura viene desarrollando un proyecto rescate audiovisual desde 1990 con la creación del archivo testimonial cultural, natural y social de nuestro país, y la transmisión de los mismos a través de un canal en internet, al que se accede a través del portal www.ecocultura.tv.

“Venimos presentando nuestros programas por internet con una emisión renovada y actualizada diariamente, con el apoyo de diferentes medios televisivos que utilizan similar tecnología. Nos ven en todo el mundo”, explica Raúl González desde su pequeño estudio de televisión comunitaria, en el centro de Asunción.

Desde el estudio de Ecocultura TV las trasmisiones se linkean desde el portal a www.rnpy.com, canal de internet con sede en Estados Unidos. También se suben materiales al conocido sitio YouTube, donde hay registros de alrededor de 9 a 10 mil visitas por día. En el portal ecocultura.tv también funciona un archivo de materiales audivisuales producidos y recopilados por la fundación.

Señal en vivo

“Nuestra señal es en vivo, en tiempo real, saliendo desde Paraguay por fibra óptica, con una velocidad bastante estable de 1 mega, con algunas fluctuaciones de la señal pero si la calificamos de 1 a 10, sería un 7 a 8. Los programas se inician a las 7:00, con presentaciones en vivo de la conductora del programa, la Lic. Cristina Benítez. Muchos de los programas son en compañía de invitados para temas diversos”, agrega González.

El proyecto, según explica, apunta a una tv por aire en frecuencia UHF de corto alcance y repeticiones en ciudades con canales tipo comunitarios o comunitarios, que formalicen alianzas con Ecocultura TV.

“Ya habíamos emitido nuestra programación por canales de cable en Concepción y Lambaré entre los años 2004 al 2007. Los audiovisuales que se emiten son en un 90% de edición propia de nuestra ONG. También promocionamos material de productores nacionales. Los materiales en idioma guaraní o con intervenciones en este idioma se subtitulan para que puedan entenderse en otros países. Llevamos más de 22 años documentando y eso nos permite ser probablemente la TV de contenido nacional con mayor cantidad de audiovisuales editados y disponibles en la web, un total de 1.334 videos hasta hoy”, comentó el productor. “Queremos seguir difundiendo los valores, la cultura, tradiciones, naturaleza, riquezas naturales, fomentando la ética y la convivencia armónica entre los compatriotas. Buscamos un aliado que desee invertir en la educación, que apueste por un medio de comunicación pluralista”, finalizó.

La TV que se viene

“La TV Comunitaria busca la humanización de la información, con un contenido veraz, directo, sencillo y sin nada de maquillajes. Tenemos nuestro propio formato de gente de calle, sencillo y sin nada de groserías ni agresiones de ninguna índole. Nuestros programas y audiovisuales son sencillos y donde resalta el contenido y resalta la persona entrevistada”, afirma Raúl González, director de Ecocultura TV.

Sobre la potencialidad de internet como vía de comunicación, González señaló que “es el más grande sistema de comunicación del planeta. Si está bien utilizado, es inatajable. La TV que se viene se soporta sobre banda ancha de gran velocidad, la tv es ya interactiva, terminarán los programas a las horas en que los canales quieran emitir, el público elegirá la hora de ver lo que desea ver, esto indica que la gente dejará de ser esclava del horario que nos ofrece hoy la televisión”.

Ecocultura TV está camino a acceder al certificado de calidad ISO 9001/2008.

http://www.lanacion.com.py/noticias-316271.htm

sábado, 12 de diciembre de 2009

“Le dedico mi condecoración a las nuevas generaciones”



Lotte Schulz, artista plástica de destacada trayectoria, fue condecorada recientemente por el Gobierno. En esta nota nos habla de sus recuerdos, su trabajo, y, como era inevitable, del calor.

Publicado en el diario La Nación
http://www.lanacion.com.py/noticias-280054.htm


Por Arturo Peña

Redactar una entrevista a Lotte Schulz no es tarea fácil, ya que la dictadura del espacio hace que una hoja sea algo demasiado breve para tentar, siquiera, plasmar una amena charla con ella, una mañana, bajo una frondosa parralera en su casa de Luque. Quizás es el lugar más fresco de toda la casa, silenciosa, con mucho verde y con gatos cruzando de tanto en tanto de un lugar a otro. “Siempre tuve gatos, por eso los conozco mucho, conozco todos sus movimientos”, nos comenta la artista nacida en Encarnación, en 1925, quien recientemente recibió un merecido reconocimiento por parte del gobierno: la Orden Nacional del Mérito en el Grado de Gran Cruz, junto con el poeta Carlos Federico Abente.
“Me hizo muy feliz la condecoración, pero en realidad no es para mí. Por eso la dediqué a las nuevas generaciones, a los artistas jóvenes, porque para mí el premio tiene que ser un estímulo para la juventud. Estas distinciones ya no son para nosotros, que ya pasamos el arco del tiempo, sino para los jóvenes”, afirma.
En la mesa, un catálogo donde aparece un retrato suyo hecho por el recordado Livio Abramo. “Yo empecé con el arte cuando tenía como doce años”, recuerda. El camino del arte la llevó luego a Curitiva, Brasil, donde se inscribió en el Instituto de Artes y Oficios. De esa escuela es uno de sus dos principales maestros: Guido Viaro, “porque con él hice la formación académica, el vino de Europa y abrió su taller en Curitiva, y con él y tuve mis lindos cinco años de formación”. Luego su encuentro con Livio Abramo, quien la introdujo en la técnica del grabado, dejando en sus manos su mejor herencia.

El Museo
Los recuerdos siguen viniendo, algo lentos, como frenados un poco por el calor de la mañana. Vienen para complicar la redacción, ya que cada porción de recuerdo es un punto de salida hacia otro, una ruta de memoria que puede llevar a Bolivia, Venezuela, Perú o hasta Africa, en anécdotas que Lotte va describiendo como si viera un cuadro de vivos colores. Entonces, cómo hacer con ellos, cómo hacer para incluirlos todos, en su voz y en su singular estilo de contarlas, en estas líneas…
Algunos de sus más gratos recuerdos se remontan, por ejemplo, a sus años como directora del Museo Nacional de Bellas Artes. “A mi me encantó esta etapa. Me gustó porque a través del museo tienes un margen tan ancho de actividad…”, señala y detiene el comentario de forma casi abrupta, para recordar de forma muy especial a don Juan Silvano Godoy, quien en la dura época de la posguerra asumiera la misión de proveer al Paraguay una delicado bagaje de obras de arte, compradas en diversas partes del mundo, y que hoy conforman la colección del Museo Nacional del Bellas Artes, institución que cumplió un siglo de vida este año.
La artista recuerda entre sus logros frente al museo, entra otras, la muestra “Homenaje a la hamaca”, en la que reunió todo tipo de hamacas de diversos materiales. “También hicimos una muestra de pandorgas, que me ayudó Manolo Prieto a montar, vieras que linda quedó esa muestra, con las pandorgas colgadas ahí del techo, les ponía un ventilador y era como si volaran”. Otra muestra que marcó su momento fue “Yataity vive”. “Allí ocupé dos salas, en una puse ropas confeccionadas con ao po’i teete y en otra sala mantelería, además de un telar donde una tejedora trabajaba ahí mismo, frente a los visitantes, otra mujer hacia el encaje ju, otra el ao po’i, mostrando a la gente cómo se hacían”, rememora.
También hay recuerdos menos alegres, como el que le tocó vivir en el 2002, cuando en un suceso casi cinematográfico, ladrones ingresaron al museo a través de un túnel y se llevaron cinco cuadros de la colección, entre ellos un Tintoreto y un Murillo.

El calor

Hoy Lotte Shulz pasa la mayor parte del tiempo en su casa, disfrutando de su bello jardín, pero siempre conectada con el ambiente cultural.

¿Estás pintando o haciendo trabajos?

-No, para nada, ¡quien tiene ganas de trabajar con este calor! Paso mucho tiempo en mi casa, aunque cada tanto voy para Asunción.

¿Cómo te movilizás?
-Voy en ómnibus. Así de paso hago ejercicio.

A sus más de ochenta años, Lotte posee una vitalidad envidiable. Se levanta, va a atender el teléfono. A su vuelta trae uno de sus cuadros, un hermoso grabado de un grupo de avestruces de largos cuellos. “También tuve avestruces en mi infancia”, comenta.

Con la experiencia de una vida cultivada en el arte, ¿cómo ves las cosas hoy, las cosas que están pasando en nuestro medio?
-Los cambios son difíciles. Yo estoy en el viejazo, reconozco, y entonces uno es disconforme por naturaleza con todas las innovaciones, y debe haber innovaciones positivas, pero lo que veo no me satisfacen, particularmente en la educación. No hay derecho de sacrificar toda una generación, por desidia del Gobierno para abajo, desde el Ministro y los maestros, hasta los padres. Yo hace años que estoy en educación y siempre les dije que no pueden hacer una reforma si no hacen un levantamiento previo del conocimiento de los maestros. La formación deja mucho que desear.

La mañana se acerca al medio día y la temperatura se eleva sensiblemente. Lotte finalmente comenta que va trabajar en unas tarjetas navideñas que ya tiene pensadas, a pesar del calor.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Blog para mirar


Este es el blog de la Dirección General de Archivos, Bibliotecas y Museos de la Secretaría Nacional de Cultura, donde estoy trabajando en el área de comunicación. Si quieren pueden dar una vuelta y me dicen.

http://archivosbibliotecasmuseospy.wordpress.com/

Una carta para mi amiga Cynthia

En estos días le envié a mi amiga Cyhthia Lopes, quien vive en Rio de Janeiro, Brasil, una carta que le venía debiendo de hace un tiempo. Me concedió el honor de subirla a uno de sus blogs.
Cynthia es escritora y trabaja para el Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional, de Brasil. Estuvo en Asunción en agosto pasado para apoyar las jornadas de trabajo del Plan de Gestión del Archivo Nacional de Asunción. Y se quedó su amistad.

segunda-feira, 16 de novembro de 2009
Él Paraguay - por Arturo Peña



A manera de introducción

Se lo debía de hace rato. Mi querida amiga Cynthia me había pedido unas líneas para acompañar las lindas fotos que hizo durante su paso por Asunción, ocasión en que tuve el placer de conocerla. Y luego conocer también sus poemas, que son una extensión de ella. Y bueno, aquí están: humildes, quizás pocas para explicar este universo de poco más de 400 mil kilómetros cuadrados que es el Paraguay, pero líneas al final que llevan todo mi afecto (quizás esto les de también una pequeña muestra de esa particular relación que tenemos los paraguayos con el tiempo… Por ejemplo, cuando te digo: “mañana”, puede ser cualquier mañana… pero finalmente amanece).

Historias de una misma sangre

Cuenta la leyenda que del gran diluvio universal del que había anunciado el profeta Tamandare, solo sobrevivió una familia, a la que le fue asignada por Tupa (Dios) la misión de repoblar la Tierra. De esta familia de indígenas carios nacieron los hermanos Tupi y Guarani. Los hermanos crecieron fuertes en las inmensas selvas americanas, cultivando la tierra, cazando y protegiendo el paraíso natural que les rodeaba. Tuvieron sus esposas e hijos y compartieron el hogar.
Sin embargo, debido a disputas entre sus familias, pactaron separarse. Fue así que Guarani se dirigió hacia las tierras del sur, dando origen a los Pueblos que conocemos como los Guaraníes en Paraguay, noroeste de la Argentina y sur de Brasil. Mientras que Tupi llevó a su familia a poblar los territorios que hoy corresponden al Brasil y hacia el norte del continente. Así, según la leyenda, nacieron las dos familias carias más importantes de esta parte del continente, razas libres, fuertes e independientes, que dominaron el territorio hasta la llegada de los españoles.
Es por ello que lo que pueda contar de mi país es en realidad parte una misma historia, de una misma sangre que corre por nuestras venas, esas “venas abiertas” de Eduardo Galeano, que nos recorren de norte a sur y de este a oeste.
En Paraguay, nuestra sangre guaraní está muy presente, en el cotidiano, cuando subimos al bus para ir al trabajo, cuando salimos a comer algo, en el hogar. Está presente en nuestra forma de ver la vida, el día a día. Porque está presente en nuestra palabra.
El idioma guarani –lengua oficial del Paraguay junto con el español- es una de las grandes riquezas de nuestro pueblo. Es el cable de conexión con nuestros antepasados y es nuestra identidad hoy. Hablado de forma más pura y por la gran mayoría de la población en las zonas rurales, el guarani, en su forma urbana, se lo conoce como “jopara” (que significa: mezcla, en guarani), que es una fusión de una base hablada en guarani con vocablos en español insertados, sin una regla aparente. Por ejemplo: Jaha estadiope (Vamos al estadio: donde a la palabra estadio se le agrega la terminación “pe”, que vendría a cumplir una función de especie de adverbio de lugar).
El jopara se escucha en todas las esquinas, en las rondas de encuentro, donde tampoco falta el “terere”, una infusión de yerba mate con agua fría –sería un chimarrão con agua fría-, bebida muy tradicional del Paraguay, que tendría que ser, a mi criterio, incluido entre los símbolos nacionales, por lo menos. El terere en el Paraguay es casi vital. La utilización de la yerba, heredada de nuestros padres guaranies, es un verdadero aliciente en la época estival debido a las altas temperaturas y acompaña al paraguayo vaya a donde vaya, al estadio para ver un partido de fútbol o al trabajo (en momentos que se escriben estas líneas tenemos 34 grados de temperatura, en pleno noviembre. Obviamente, tengo mi terere aquí al lado…).
Si recorremos la historia del Paraguay, vemos que es una historia de sacrificio, como toda la historia latinoamericana. Es la vida de un pueblo que sigue cicatrizando hasta hoy, debido a que se sigue dañando sobre sus viejas heridas.
La Guerra de la Triple Alianza (1865-1870) marcó a fuego nuestra historia. El conflicto, al que el escritor brasilero José Luis Chiavenato bautizó como el “genocidio americano”, enfrentó al Paraguay contra los ejércitos unidos de Argentina, Brasil y Uruguay, en una guerra sangrienta. Los grandes intereses del capital internacional llevaron a estas naciones hermanas a la confrontación, dejando para el Paraguay un saldo devastador, con el exterminio de casi toda la población, el robo de su territorio anexado por Brasil y Argentina, y la pérdida de su soberanía. Un país en ruinas. Una nación truncada. Y una nueva historia que se abría hacia un futuro incierto. De esta guerra se desprenden los grandes latifundios de tierras, vendidas por migajas para pagar los costos de la guerra, adquiridas por empresas y terratenientes extranjeros. La injusta distribución de la tierra sigue constituyendo hoy uno de los principales problemas sociales y económicos en el país.
Hoy el Paraguay trata de levantarse de otro periodo nefasto de su historia: la dictadura militar del general Alfredo Strossner, quien mantuvo al pueblo oprimido bajo un régimen de 35 años, que dejó centenares de muertos, desaparecidos y torturados, y sentó las bases para que su partido político, el partido Colorado, continuara en el gobierno por casi treinta años más.
Seis décadas de gobierno Colorado cayeron el pasado año, con la elección como presidente del Paraguay de Fernando Lugo, un ex obispo de la iglesia católica, hombre con un pasado de lucha social en una de las zonas más pobres del país, el departamento de San Pedro, quien surgió como una alternativa para una población harta de la corrupción política.
Los nuevos tiempos no vienen fáciles. Lugo está en la complicada misión de pelear, sin un respaldo político sólido, contra la estructura colorada, ahora en la oposición, que sigue activa a pesar de no ser gobierno y que ha puesto en marcha la maquinaria de la desestabilización. Hoy, la discusión política gira en torno a un intento de juicio político al presidente Lugo impulsado desde el Congreso. Un escenario de inseguridad social creado y alimentado por los medios de comunicación en manos de la derecha, ante el temor al perfil socialista del nuevo mandatario.
Augusto Roa Bastos, nuestra figura literaria más importante, definió al Paraguay como “isla sin mar”. Ciertamente, nuestra condición de país mediterráneo nos hace una especie de país para adentro. Poco se sabe quizás de lo que está pasando dentro de estas fronteras, pero no les miento si les digo que el futuro de una nueva historia latinoamericana, una nueva era que aspire a la justicia social y la igualdad, se puede estar jugando en parte aquí.
El terere se va acabando con estas líneas, que tratan de contar brevemente –y si me extendí más de la cuenta, mis disculpas- algo sobre mi país.
Otra de las características de nuestra gente es su hospitalidad, que espero la hayan podido sentir aquellas personas que ya nos visitaron. Por ello, entonces, les invito a cordialmente a que se vengan cuando quieran.
Tienen una casa en Paraguay.

Para ver el blog de Cynthia, entrar a:
http://opiniaoeatitude.blogspot.com/

sábado, 17 de octubre de 2009

Alucinaciones


Un hombre sediento iba caminando penosamente sobre la caliente arena de un desierto. En un momento tuvo una alucinación. A lo lejos vio un oasis de aguas claras y frescas. Se acercó a rastras y al llegar a lugar de su visión, sació su sed imaginariamente. Se refrescó. Descansó. Siguió caminando hasta su próxima alucinación.

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Al llegar a un punto del sendero, el caminante se dio cuenta de que había perdido el rumbo de su camino. Siguió caminando ladera abajo, luego una recta, luego un camino empinado. Tras horas de caminar, volvió a encontrarse en el mismo punto donde se había dado cuenta que perdió el rumbo. Se sintió aliviado.

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Se levantó esa mañana de tal mal humor que la luz de ese hermoso día lo irritó de sobremanera. De un movimiento brusco cerró las cortinas de la ventana y pasó varias horas a oscuras, pensando en que el mundo podía explotar allí afuera sin importarle. Con las horas, su humor fue atenuándose. Se sintió algo solo y sofocado, así que decidió abrir nuevamente las cortinas. Afuera había una oscuridad inmensa. Las cortinas se habían tragado toda la luz. Durmió con las cortinas abiertas esa noche, pero nunca más volvió a amanecer.

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Dos mujeres iban caminando por una vereda hablando efusivamente mal de otra persona. Más adelante, otra pareja, en la misma vereda, iba también hablando mal de otra persona. La persona de la que las dos mujeres hablaban mal, iba caminando por una calle de la ciudad, acompañada de otra persona, hablando mal de una de las dos mujeres. La persona de la que hablaba mal la segunda pareja estaba sola, caminando rumbo a su casa, pensando en las ganas que tenía de hablar mal de otra persona, que la pareja no conocía. Las dos mujeres que iban caminando por la vereda llegaron a una esquina donde cada una tomó su rumbo. Una vivía sola. La otra llegó a su casa y comenzó a hablar mal con su marido de la mujer de la que se había despedido.

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La pareja de amantes vivió días intensos de placer sexual durante un largo periodo. Para no dejar que muriera la pasión, cada uno comenzó a imaginar que el otro era otra persona en cada encuentro que tenían. La estrategia estaba dando resultado hasta que uno de ellos comenzó a imaginar que el otro era un amante con quien había vivido días intensos de placer sexual últimamente, y que se enamoraba. El otro pensó que sería una imaginación temporal nada más y siguió perdiéndose en otros cuerpos imaginarios.

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El joven inventor estaba dándole los retoques a su último invento. Entre sus creaciones se encontraban genialidades como: el velero que no necesitaba viento, el juego sin ganadores, el catarseador portátil, entre otros. Pero ahora sus ambiciones habían ido mucho más allá. Su último invento le daría algo que toda la humanidad había estado buscando durante siglos, el secreto más preciado: la máquina de la vida eterna. Parecía ya lista. Conectó ese cable al otro, sujetó mejor esos tornillos, le dio un pequeño lustre final a la manivela con el codo de su camisa. Pero algo falló. La máquina solo dio un pequeño destello, un pequeño quejido de hierros y volvió a detenerse. Sumamente perturbado cambió algunas piezas de lugar, confundido revisó nuevamente sus planos, alteró alguna fórmula. Llevaba cuatro noches sin dormir tratando de descifrar la falla. Unas pequeñas canas comenzaron a percibirse entre sus cabellos, dos arrugas se delinearon en su ceño fruncido de rabia y cansancio, las uñas le crecieron varios centímetros, una prominente barba comenzó a caer de su mandíbula. Las noches sin dormir siguieron. Las canas se hicieron más abundantes, mientras en su piel comenzaron a surgir manchas oscuras y la carne fue haciéndose cada vez más blanda. Su cuerpo ahora curvo seguía luchando contra la resistencia de las tuercas que cada vez se hacían más difíciles de ajustar. Cansado y viejo, a la décima noche, el anciano inventor se dio por vencido. Ya era tarde. Había inventado una máquina que succionaba el tiempo.

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Ella durmió con él esa anoche. Como otras veces, se citaron sin mayores explicaciones, bebieron algo y tuvieron sexo, entre juego y una especie de timidez, cómplice. Se besaron, se acariciaron, durmieron abrazados. Se salvaron un poco. Si alguien los hubiera visto hasta habría pensado que existía algo entre ambos. Pero nadie sabía de ellos. En realidad, eran dos polizontes encontrados en una misma huida. Por eso quizás, cuando dormía con él, ella sentía que extrañaba a otra persona. Extrañaba a alguien que no sabía bien quien. Alguien que amó o amaría, alguien que quiso con locura o querría. Una persona que le evocaba felicidad sin saber bien por qué. Alguien que pudo estar en un lugar o esparcido en todas las personas que conoció o conocería. Extrañaba y sufría un poco, mientras él le estiraba la sábana y suavemente giraba dejándole su espalda. Por la mañana desayunaron juntos. Ella rió como siempre con sus comentarios de cualquier cosa y sus ojos apenas se despegaban. El dijo que se iba. Se despidieron con un abrazo. Una tristeza extraña la envolvió en su puerta. Lo vio bajando por esa calle que amanecía, pero siguió extrañando a otra persona.

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Estaba escuchando un disco de Jimmy Hendrix solo en su cuarto. La música envolvía el lugar y rebotaba con furia contra los muebles y el techo, resbalándose entre el humo y volviendo. En ese momento percibió ese sonido extraño, como de un estallido lejano, un latido grueso, lento y único. Que increíble ese efecto como de explosión en Purple Haze, nunca lo había notado antes, pensó. Segundos después, la ola expansiva alcanzó su casa.

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Eran las 20:35. Estaba viendo la televisión en su casa cuando de repente se le cruzo en la cabeza ese plato de milanesas con ensalada de arroz de su infancia. Se levantó y fue hasta el local del Palacio de las milanesas, a la vuelta de su cuadra. Se acercó al mostrador y preguntó si su madre trabajaba allí.

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Cuando hojeó el diario esa mañana y en la página de las exequias figuraba su nombre con un mensaje de sus familiares expresando el inmenso dolor por la pérdida e inclusive una foto suya, se sintió morir.


Por mí, A.P., acá

martes, 6 de octubre de 2009

Una/Dos


La noche había sido, como tantas otras, de un tenso desvelo. Para ambas, el transcurso de todas esas horas arrastradas fue más que doloroso. El llanto picaba contenido en la garganta, pero hubiera sido todavía peor quebrar el silencio.
El día apareció por fin en la ventana. Una recibió la tenue luz en los ojos crispados, indefensos, pensando en por qué mierda todo, en cómo su vida se había convertido en aquel infierno.
La otra amaneció con ojos llenos rabia contenida. En esos ojos, también confusos, la ira se hacía sin embargo determinación. Ella no había elegido ese camino y por más que la vida la había empujado a ese laberinto del que no encontraba salida, no iba a soportarlo más.
Ambas se levantaron de la cama mareadas de sopor y angustia. Todavía retumbaban en el aire los gritos, los insultos; se enredaban en la cabeza las imágenes de miedo, todavía ardía en el rostro la marca púrpura de esa mano hostil.
Caminaron silenciosamente por el cuarto, moviéndose como fantasmas en la pesada penumbra. A su alrededor, los rastros de la noche: ropas desparramadas, una botella de whisky, pedazos de dolor por todas partes.
Se vistieron en silencio y salieron, y mientras iban a través de toda esa ciudad, a través de toda esa gente que las veía y no podía -ni podría- reconocerlas como una y otra, ambas sentían como sus historias se cruzaban y fundían. Se confundían las lágrimas en las mismas mejillas. Las manos de una eran las manos de la otra.
A veces la realidad tiene esos giros. Tantas vidas que se cruzan allí afuera. Tantas vidas en una sola y esas multiplicadas haciendo miles más. Si no, cómo explicar las horas posteriores, en que seres desconocidos se encuentran, se desdoblan y se unen en uno solo, en dos. Se comprenden y no. Se guían o simplemente se empujan.
Cómo explicar si no es por esos giros que, horas después, ambas, juntas, estuvieran retrocediendo las mismas calles, subiendo nuevamente las mismas escaleras hacia el 4 A, al mismo tiempo; que hayan cruzado juntas la sala hasta el armario, hasta la caja donde él guardaba aquel revolver.
Ambas tomaron el arma y se dirigieron silenciosamente al dormitorio, asfixiado aun de alcohol. En el medio del cuarto, sobre la cama, él seguía durmiendo pesadamente boca abajo.
Una trató inútilmente de detener a la otra en aquel momento, trató de hacerlo hasta el último instante. Pero ya era tarde. Apuntaron hacia la cama y tiraron del gatillo, una, otra, otra y otra vez.
De los cuatro disparos, tres dieron en la espalda del hombre en la cama; la última bala quedó incrustada en la pared del dormitorio, por sobre la cabecera de la cama. Muda pista de una última disputa, de un forcejeo entre dos. Una lucha de la cual nadie se percataría. Una pista que no diría mucho que hablar y que simplemente figuraría en los registros policiales como un temblor en el pulso de la mano asesina.
Una limpió torpemente las huellas del revolver y pensó en huir del lugar en ese mismo momento. Pero no pudo. La otra había quedado allí, arrodillada, clavándola a ella también al piso, mirando a la cama inerte.
A.P.